divendres, 22 de març del 2019

Xerrada informativa. La República. Models judicials

Resum de la conferència pronunciada el dia 14 de febrer als Lluïsos d’Horta.

El Sr. Silva ens va regalar amb un discurs enèrgic i ben travat una explicació sobre quins són els principis bàsics que han d’apuntalar una justícia justa en un país democràtic. I amb la mateixa força i fermesa ens va descriure com funciona el sistema espanyol per adoctrinar-nos en l’antítesi de la justícia. Una xerrada a peu dret en la que ens va mostrar la seva extensa cultura judicial presentada amb un castellà esplèndid i una ironia sorneguera.

Recomano que veieu el vídeo de la conferència en el nostre canal de youtube:
Aquí hem limitaré a fer un extracte d’algunes de les seves sentències. I ho faré transcrivint el que va dir literalment i en la seva llengua.
Para definir lo que es un poder judicial podemos acudir a parámetros jurídicos, existe un poder judicial que se dota de tal o cual manera democrática..... por elección popular o no, existe un poder judicial como el del modelo anglosajón donde no hay ningún tipo de privilegios en las administraciones públicas, edel modelo de Gran Bretaña donde no hay aforados, ninguno, mientras que aquí hay miles allí no hay. ¿Vale? ¡Sin embargo esto son tonterías!


Hay dos modelos claramente establecidos…, digamos tres. Existe un poder judicial democrático propio de países democráticos, existe un poder judicial no democrático de corte autoritario, aquí nos podemos encontrar con distintos perfiles, i existe un modelo judicial como el español, cosmético, democrático, pero de mentira.

Este modelo es muy importante y hay que destacarlo porqué estamos en un momento histórico donde hay que tener en cuenta lo que está pasando en el mundo. Desde el punto de vista filosófico hay algo que termina por calar. Hay un pensamiento filosófico que se llama postmodernidad, la posthistoria. Después de la segunda guerra mundial nos encontramos con un mundo que no puede asumir “la catástrofe”. ¿Y qué es la catástrofe? Es una cosa a la que Thomas Mann llamaba “la bestia”. Thomas Mann se daba cuenta que en una de las sociedades más culturales y evolucionadas del momento, que era la sociedad alemana de la República de Weimar, la sociedad que salió de la primera guerra mundial, toda esa cultura, toda esa civilización, no servía de nada. Y lo que mandaba era la bestia, así es como llamaba al nazismo.

Y a la bestia le importaba un pepino cambiar la ley, es decir, con las mismas leyes de la República de Weimar los jueces tenían un comportamiento xenófobo, discriminatorio, opresor y nazi. Era indiferente. Todo esto con un reflejo en la justicia democrática y en las instituciones de justicia que amparadas en las mismas leyes democráticas dentro del régimen nazi eran capaces de actuar como criminales y como asesinos.

El concepto de postmodernidad es un concepto en el que Europa sencillamente es incapaz de analizar de una manera histórica sus procesos evolutivos. Así de claro. No hay una capacidad de comprender todo esto. De hecho ahora para empezar a hablar de los distintos modelos de justicia verán que voy a partir de esquemas históricos porqué dentro de la modernidad no hay manera de explicar todo esto. Y la postmodernidad por lo que nos interesa a nosotros ahora se basa en otro concepto muy importante que se llama la postverdad, y la postverdad se basa en otro concepto que yo he alimentado bastante en charlas y artículos que es el postderecho. El postderecho es el juicio farsa, el juicio que ahora se celebra en el tribunal supremo. Este juicio se basa en la postverdad y la postmodernidad.

El Sr. Epidio ens posa un exemple d’utilització de la postveritat en l’afer de la crisi financera i bancaria espanyola. Escolteu-lo a partir del minut 9 i 20 segons.

La Justicia cosmética debe ser explicada claramente para separarla de la Justicia autentica, autoritaria o democrática. Porqué los sistemas autoritarios tienen justicia, son aparatos judiciales, funcionan con sus criterios y pueden ser buenos o malos, pero son auténticos, es decir, el sistema judicial de franco era mejor que el de ahora porqué se sabía lo que había, el Top era un tribunal fascista. Había una justicia que funcionaba en el ámbito laboral, la justicia protegía a los trabajadores, tenían unos magistrados especiales. Una justicia muy despreciable, desde mi punto de vista porqué era la justicia de un régimen fascista y autoritario pero digo que comparada con la de hoy era mejor.

La justicia española es suficientemente adulterada y falsa para que se pueda mostrar en un juicio ante el mundo como el que estamos viendo hoy en día. Se ha rodeado de una escenografía que yo llamo cosmética que le da una cierta apariencia de justicia. En sus estructuras fundamentales no cumple un principio democrático. Por ejemplo, en el ámbito penal comprobamos en el día a día como la fiscalía no pone en marcha debidamente los mecanismos de la acusación y para algunos se halla muy próxima a la comisión de un delito que está contemplado en el código penal que es el 408 que es el delito de no perseguir delitos. No se persigue en España y todavía no se ha condenado ningún fiscal por este motivo.

El primer aspecto para definir un sistema judicial es como se llega a ser juez: esto me parece fundamental. ¿Cómo va a ingresar en la carrera judicial los que van a ser jueces? ¡Hombre, esto es fundamental! ¿De qué me sirve todo el esquema normativo que voy a montar si después sucede de forma que el que quien los nombra es quien los controla?

En los estados democráticos auténticos los jueces vienen de la comunidad, por esto el derecho en el ámbito anglosajón se llama derecho “common law”, de la comunidad, de la base. Es un derecho donde se sabe perfectamente que el mantenimiento de la paz social depende de que una parte de los poderes del estado como el poder judicial resuelva de una manera digna, independiente, adecuada, consistente, los conflictos diarios entre los particulares o entre los particulares y las instituciones públicas. La forma de resolución de estos conflictos tiene que ser mediante jueces de la comunidad.

El poder judicial tiene que tener tres características fundamentales, tiene que dar lugar a una objetividad que esté por encima de todo, tiene que dar lugar, no solamente a una independencia radical sino a una independencia aparente. Además es fundamental entender qué quiere decir, desde este país y esta cultura, la argumentación jurídica. Qué papel juega la racionalidad, qué papel juega la argumentación y la sucesión del “fair play”, el juego limpio estricto a unas reglas del juego.

La monarquía no es algo que defina si la justicia es o no democrática, en fin, hay países como Holanda o como Gran Bretaña que tienen una de las justicias más independientes del mundo. La justicia holandesa y británica están entre las “top” cinco del mundo, y hay otros países que son repúblicas, como nueva Zelanda, que tiene la justicia más independiente de todo el mundo.
Sobre el paper del rey español:

Dijo el monarca que la legalidad está por encima de la democracia, vino a decir que la democracia no puede estar por encima de la legalidad. A ver, como que la democracia… la democracia es la fuente, el sistema antes de que sea legal es democrático ¡No, no, la democracia está por encima de la ley! O mejor dicho, no cabe interpretar la ley en un sistema democrático contra la misma democracia. En el momento que haces esto te has salido del sistema, es como coger un soplete y cargarte la línea de flotación de la nave, el barco se hunde.

El caso es que cuando una justicia vive en un sistema donde la democracia no está por encima de la ley, automáticamente se mete en lo que nosotros llamamos en la historia europea, el estado policía. El estado policía es un estado que nace entre Francia, Bélgica y Alemania, muy anclado dentro del imperialismo de los Federicos en Alemania y que cumple con el estado de derecho pero con un protagonismo fundamental del gobierno desde un marco policial y represivo. Y este estado no está inmerso dentro de una democracia, por tanto, ya está. Este es el sistema que se adopta en los estados fascistas. Esto es lo que está pasando aquí ahora. Hay un aparato judicial que cumple los requisitos básicos pero que en el fondo está sacudiendo todos los cimientos de un régimen justo y democrático. Es imposible mantener algo así. No se sostiene y a la larga o te decantas claramente hacia una dictadura o tienes que hacer un cambio fundamental hacia la democracia y reinterpretar todo el sistema.

Estos sistemas de justicia cosmética caen en esta trampa y en este sentido ya puedo entender lo que plantea el monarca. Hasta el punto de que en la Constitución Española la justicia se dicta en nombre del Rey. ¡Del Rey! ¡Vaya tela! ¡Del Rey! Y para que quiere él que yo… fíjense, yo habré hecho más de 8000 sentencias en nombre del Rey, qué necesidad … si las hago en nombre del rey le estoy comprometiendo ¿no? La justicia se da en nombre del pueblo ¿No? De la gente que me coloca ahí, que me permite dictar las sentencias y que me paga por ello… Suena a que la Constitución no termina de arriesgarse a montar un sistema democrático auténtico, por tanto, con un poder judicial diferenciado mínimamente de los otros poderes del estado.

El caso es que Lesmes nos dijo perfectamente que es el poder judicial en España. Le preguntaron un día como controlaba a los jueces. ¿Os imagináis que un tío en estados Unidos va a un cierto rango del supremo y le pregunta como controla a los jueces? ¿Te crees que iba a contestar eso? ¡Pues aquí Lesmes contestó! Pero en plan guay. I dijo, con el palo y la zanahoria. De verdad, está publicado. El palo se sabe perfectamente qué es, aquí en Catalunya lo sabéis perfectamente. Pero, la zanahoria, ¿Qué es la zanahoria? ¿Les das algo que no se sabe que es? Yo no sé qué es la zanahoria, pero si es que yo le tengo reservado algo…si se porta bien, esto es una prevaricación sistemática y masiva.

No sé si con esto os he dado algunas pistas de los distintos modos que hay de montar un sistema judicial. En España existe un poder judicial porqué hay jueces, magistrados y un montón de palacios donde pone Palacio de Justicia, algunos con algunas letras caídas y tal, pero bueno, no existe hoy una justicia democrática ni ha existido nunca, por tanto, sería bueno que nos diéramos cuenta de que en un Estado donde no existe justicia se está generando la mayor posibilidad de conflicto que hay porque nadie está obligado a vivir en un Estado opresor y si un estado no tiene un aparato judicial mínimamente decente puede pasar a ser un estado opresor en cualquier momento.
Transcrit per Alfons Carreras

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