Presidente, permítame relatarle algo que pasó el 9N 2014 en Catalunya.
Me concedieron el inmenso honor de ser presidente de mesa en ese asunto que no era ni un referéndum, ni una consulta y que se parecía más a una costellada o a un asunto de feria.
Para aclararle un punto le diré que era presidente de la mesa 2084-H en el colegio Jesuïtes Gràcia – Kostka en C/ Antequera 2 de Barcelona. Se lo aclaro por si tienen que venir a detenerme... No le voy a engañar, como buen catalán, siempre nos aflora nuestra parte pesimista.
Días antes pensaba: es un colegio complicado para llegar, especialmente para los que tengan dificultades de mobilidad, está alejado de los servicios públicos de transporte, la gente no sabe
dónde tiene que ir a votar, han llegado innumerables amenazas por parte del gobierno que usted preside, los catalanes saben que no tiene validez legal, etc.
Pero siempre me quedaba la esperanza de que al menos unos cuántos nos hiciésemos notar...
Le diré que a las 06:30 ya estaba mirando al cielo y pensé que Ud. como Presidente del Gobierno, tenía hilo directo con San Pedro... añadido a todos los problemas anteriormente citados, empezaba a
llover...
Sobre las 08:00 llegamos al colegio y la primera sorpresa, ya habían unos pocos esperando (debían ser los locos de siempre que no tienen nada mejor que hacer o los que a esas horas volvían de fiesta) y además en el colegio estaba todo preparado, las mesas, los ordenadores, los voluntarios, las papeletas y los sobres y, sobre todo, las urnas, si, las urnas, esas cajas de cartón a las que parece que ustedes les tienen tanto miedo.
Y se constituyen las mesas, y los voluntarios suplentes a los que se agradece su asistencia nos dicen que no se van, que se quedan para ayudar a la organización y a organizar las colas. ¿Colas? ¿Qué colas? -Vicenç, sal un momento y verás cuanta gente ha venido a votar...
Sí Sr Rajoy, un domingo a las 9h de la mañana ya hay colas inmensas para participar en esa butifarrada... nos hará falta mucha leña para tanta barbacoa...
Y la gente que empieza a votar y las colas que cada vez son más largas, y cada vez llueve más y la gente que no se va y que vienen con los carritos de los niños, y que a las personas más ancianas les
importa muy poco la subida hasta el colegio y cada vez más gente...
Y más gente, esos ciudadanos a los que tanto dicen ustedes defender y que ya no les hacen caso, y vienen a votar por razones varias, unos por convencimiento, otros en nombre de su padre, de su marido, de su esposa, ya fallecidos, otros con ilusión y todos con algo en común, están hartos, hartos de Ud. y de su Gobierno, están hartos de insultos, están hartos de menosprecio, están hartos de que no se les tenga en cuenta.
Y mientras todos estos ciudadanos se mobilizan, ustedes están encerrados en sus despachos y continuan con sus amenazas y desprecios hacia unas personas que, les recuerdo, también son
votantes.
Sr. Rajoy, como diría mi hija, ustedes han perdido desde hace mucho tiempo la “perspectiva de la coherencia” si es que alguna vez la han tenido. En una democracia, los cargos electos están al servicio del pueblo. Es el pueblo quién les paga y ustedes tienen la obligación de escucharles y sobretodo de respetarlos.
Y gente, y más gente, y traen además de sus votos su ayuda a los voluntarios, bocadillos, galletas, bombones, agua, cafés... y que además nos hacen poner cada vez más colorados. Sí Sr Rajoy, colorados al sentirnos abrumados por las continuas muestras de agradecimiento hacia los voluntarios y hacia todos los que protagonizan esta pantomima. Seguramente ustedes jamás podrán sentir esto y desgraciadamente no saben lo que se pierden.
Y gente, y más gente que nos explican sus historias, que se hacen fotos al votar, que suben a su hijo pequeño a la mesa para que pueda introducir su voto y así, dando ejemplo, enseñarle lo que es la
Democracia real.
Y ustedes que siguen encerrados en su castillo, pero esta vez un castillo de cristal sin pensar lo frágil que es este material. Y ustedes que siguen amenazando...
Y gente, cada vez más gente compartiendo en muchísimos casos sus lágrimas con las lágrimas de los miembros de las mesas.
Podría exponerle mil y un casos que nos han tocado en lo más profundo de nuestro corazón pero, ¿sabe una cosa? eso queda para mí y para todos los que participamos en una costellada histórica.
Ayer todos les demostraron lo que es un pueblo consciente de sus derechos y de como ejercerlos de una forma pacífica, cívica, alegre y de lo que puede llegar a hacer sin importarle ningún tipo de
amenazas.
Para terminar, Sr Rajoy, solo le pediría una cosa, que ni usted ni nadie de los que puedan pensar como usted se atreva jamás a darle a toda esta gente lecciones de Democracia. No tienen ustedes ni la catadura moral ni el nivel ético necesario para ni tan siquiera dirigirles la palabra.
Atentamente,
Vicente Lleó (un catalán participante en esa “pantomima”)
P.D: Caso que esta carta le parezca “muy fuerte”, le recuerdo que mientras en Catalunya preparábamos esta patochada, usted y su gobierno estaban ensalzando y aplaudiendo fervorosamente al que utilizaba fondos públicos para ir a visitar a su amante...
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